Equilibrada, ni demasiado grasa ni demasiado seca.

Características:

• Textura uniforme y suave.
  Poros poco visibles.
• No presenta brillo excesivo ni descamación.
• Generalmente libre de imperfecciones.

Produce menos sebo de lo normal, lo que genera falta de hidratación.

Características:

• Sensación de tirantez.
• Textura áspera en algunas zonas.
• Posible descamación o grietas.
• Puede presentar enrojecimiento o irritación.

La piel produce un exceso de sebo.
Características:

• Brillo constante, sobre todo en la zona T (frente, nariz, mentón).
• Poros dilatados y visibles.
• Textura más gruesa que otros tipos de piel.
• Tiende a ensuciarse rápido, pero no necesariamente siempre presenta acné.

Combinación de áreas secas y áreas grasas.

Características:

• Zona T (frente, nariz, mentón) grasa y brillante.
• Mejillas normales o secas.
• Puede presentar poros visibles en algunas zonas.

Reacciona con facilidad a factores externos o productos.

Características:

• Enrojecimiento frecuente.
• Sensación de ardor, picazón o tirantez.
• Puede presentar descamación o erupciones.
• Intolerancia a productos agresivos.

Piel que presenta brotes de acné de manera recurrente, independientemente de si es grasa, mixta o incluso sensible.
Características:

• Presencia de comedones (puntos negros y blancos).
• Lesiones inflamatorias: granos rojos, pústulas o nódulos.
• Posible enrojecimiento y sensibilidad.

Piel que muestra signos de envejecimiento, como pérdida de firmeza, arrugas y opacidad.

Características:

• Textura más fina o con líneas de expresión visibles.
• Menor elasticidad y firmeza.
• Puede presentar manchas o tono desigual.
• Tendencia a resequedad o falta de luminosidad.